http://carolina-cerezuela.blogspot.com/ Han hecho falta 20 años, bendita aritmética, para encerrar bajo un mismo foco a dos ministros -Sebastián y Blanco, ahí es nada-, varias Mamachicho con glúteos de acero, una pléyade de 'triunfitos' y grandes hermanos arrebatados por la fama 'express', la ex mujer del torero reconvertida en princesa del pueblo, una Carmen de España -¿o era de Sevilla?- enredada en sus propias lágrimas y hasta una presidenta regional -esta vez sin el alcalde de todas sus jaquecas-.
Por no faltar, no faltó, ni siquiera, el espíritu de una Pé primeriza, virgen en 'la cosa' televisiva y ruborizada por el acné. Sólo Telecinco, la cadena amiga, era capaz de mimetizar pasado y presente, plebe y jet set, muslámenes y periodismo en una misma parrilla. Y ayer, día D de su 20 aniversario, volvió a demostrar que es la reina del espectáculo.
Jesús Vázquez, 'chicoparatodo' de Paolo Vasile, ejerció de maestro de ceremonias de una gala que, tras casi cuatro horas, se metió la madrugada en el bolsillo. Entre medias -y por parejas, como todo en la vida-, las caras de ayer, hoy y siempre de la televisión de Fuencarral fueron pulsando, en riguroso directo, el botón de la nostalgia. Paco León, alias Luisma, y Ana Rosa Quintana, dueña intratable -por las audiencias, se entiende- del bastión de las mañanas, abrieron fuego.
Les siguieron Boris Izaguirre y Miguel Ángel Silvestre, Pedro Piqueras y Carmen Alcaide, Marcial Álvarez (Pope en 'El comisario') y Sara Carbonero, Christian Gálvez y María Castro ('Sin tetas no hay paraíso'), Joaquín Prats y Carolina Cerezuela, Jordi Rebellón ('Hospital Central') y María Teresa Campos, José Coronado y Mercedes Milá (con revolcón por el suelo incluido), Javier Sardá y Carlos Latre, Arturo Valls y Alicia Borrachero, Ana García-Lozano y Lydia Bosch, Sandra Barneda y Ángel Llácer, Emma García y Tito Valverde, Alberto Herrera ('De buena ley') y Mónica Estarreado, Eva González y Carlos Sobera, Paula Vázquez y Emilio Pineda, Karlos Arguiñano y Amaia Salamanca, Juanjo Artero y Blanca Portillo, Pedro Rollán y Paz Padilla, Santi Acosta y Remedios Cervantes... y Patricia Pérez y Celia Montalbán (las chicas de 'Vuélveme loca'). Sólo algunos afortunados rompieron este equilibrio par: Jordi González, Pilar Rubio y Jorge Javier Vázquez (que, en plena vorágine del éxito, participaron en solitario), y los tres vértices de Los Serrano: Antonio Molero, Jesús Bonilla y Antonio Resines. ¿El gran Expediente X de la noche? La ausencia -salvo por un escueto vídeo-saludo- de Emilio Aragón, hoy patrón de La Sexta y antaño muso del 'Vip Noche' y 'Médico de Familia'.
Entre unos y otros, el 'show' estuvo aderezado por vídeos monotemáticos: los chicos más guapos y calientes de estas dos décadas de sonrisas y lágrimas, los momentos más románticos, las peleas más salvajes, los bustos más creíbles de los informativos, las pifias, los bailes, las Xuxas, los senos, las músicas, las idas y las venidas de la cadena.
Pero como suele ocurrir en estos fastos de champán y confeti, la artillería más jugosa tuvo lugar allí donde no llegan los pilotos rojos. Una vez más, el 'backstage' no defraudó. Como toda buena celebración que se preste, la gala estuvo cargada de anécdotas, matices y detalles que escaparon la estricta vigilancia de unas cámaras que sobrevolaban la cabeza de los presentes. Una estupenda María Castro con minivestido, melenaza pelirroja al viento y tacones de infarto entró en el recinto colgada de su móvil. Al otro lado del teléfono su madre escuchaba lo siguiente: "Mami, cuando suba me tocaré la oreja". Ésa era la clave para que supiera que se estaba acordando de ella, y así lo hizo. Sobre el escenario, en un momento del diálogo entre ella y su 'partener', Christian Gálvez, la empresaria de 'Sin Tetas' rozó su oreja. Pero sus señales no quedaron ahí, y acto seguido pasó los dedos por sus labios. ¿Para quién sería el segundo guiño?
También una emocionada Carmen Sevilla vivió un momento estelar. Arropada en todo momento por sus compañeros de reparto, véase Jesús Vázquez y Agustín Bravo, la reina del Telecupón (que no tenía muy claro si estaba en Tele 5 o TVE) tuvo un ligero traspié que dio con el gran ramo de rosas que acababa de recibir de las voces más copleras de 'Operación Triunfo' en el suelo. Eso sí, la cosa no pasó a mayores, pues los fornidos brazos de Bravo la frenaron a tiempo.
La incansable Mercedes Milá vio, por fin, saciada su necesidad de conocer, tocar, besar y abrazar a Miguel Ángel Silvestre. Parece que el revolcón con José Coronado sobre el escenario no fue suficiente y, ya que no pudo presentar con su adorado 'Duque', no dudo en sentarse a junto a él una vez concluyó su intervención. En su mesa, las bellezas de 'Sin Tetas', el hombre más deseado y la 'reina' del 'reality' mantuvieron una distendida conversación entre corte y corte publicitario. Y, aprovechando la ubicación estratégica de Mercedes, la gran hermana Amor y su gigantesco moño no dudaron en acercarse a ella para, ya de paso, inmortalizar el momento fotografiándose junto a Silvestre. Parece ser que esa era la instantánea más buscada por todas las féminas que se acercaron hasta el Palacio de los Deportes de Madrid. Lástima que sólo algunas lo lograsen.
En la zona ocupada por las mesas de los invitados VIP, el ir y venir de actores, presentadores, contertulios, periodistas y personajes del 'showbiz' fue 'in crescendo' conforme avanzaba la noche. Por allí, María Antonia Iglesias (envuelta en lentejuelas) caminaba del brazo de Jaime Peñafiel a un ritmo más propio de un paso de Semana Santa que de un vertiginoso espectáculo televisivo, mientras Javier Sardá y el poliédrico (y estilizado) Carlos Latre no paraban de saludar a los compañeros de la mesa de al lado. La nota glamourosa la pusieron, cómo no, Carmen Lomana (a quien en el 'photocall' no pararon de preguntarle por la ex de su ex), Carmen Martínez Bordiú (con un mini vestido negro que dejaba patente lo orgullosa que está de su cuerpo), Remedios Cervantes y una más que espectacular Nuria Roca. Pero la diversión estuvo, sin duda, en la mesa del 'Sálvame'. Jorge Javier y su 'trouppe' no pararon de reír, hablar, cotillear y bailar al ritmo de caderas de las Mamachicho.
